Densitometría Ósea

Densitometría Ósea

El examen de densidad ósea, también llamada absorciometría de rayos X de energía dual, DEXA o DXA, utiliza una dosis muy pequeña de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo, generalmente la parte inferior de la columna (lumbar) y las caderas, para medir la pérdida de hueso. La DXA es simple, rápida, y no es invasiva. 

La DXA mayormente se utiliza para diagnosticar la osteoporosis, una enfermedad que frecuentemente afecta a las mujeres después de la menopausia, pero que también puede afectar a los hombres y muy raramente a los niños. La osteoporosis incluye una pérdida gradual de hueso, como así también cambios estructurales, provocando que los huesos pierdan grosor, se vuelvan más frágiles y con mayor probabilidad de quebrarse.

La DXA es también efectiva en el seguimiento de los efectos del tratamiento para la osteoporosis y otras enfermedades que generan pérdida ósea.

El examen de DXA también puede evaluar un riesgo que tiene una persona para desarrollar fracturas. El riesgo de sufrir fracturas se ve afectado por la edad, el peso corporal, los antecedentes de una fractura anterior, antecedentes familiares de fracturas osteoporóticas y cuestiones relativas al estilo de vida tales como fumar cigarrillos y consumir alcohol en exceso. Se consideran estos factores a la hora de decidir si un paciente necesita tratamiento.

El examen de densidad ósea es altamente recomendado si usted:

  • es una mujer post-menopáusica y no ingiere estrógeno.
  • tiene antecedentes maternales o personales de tabaquismo o de fractura de cadera.
  • es una mujer post-menopáusica que es alta (más de 1,72m) o delgada (menos de 56kg).
  • es un hombre con enfermedades clínicas asociadas a la pérdida ósea, tales como la artritis reumatoidea, la enfermedad crónica de los riñones o del hígado.
  • utiliza medicamentos que se conocen que generan pérdida ósea, incluyendo corticoides, diferentes medicamentos anticonvulsivos como y determinados barbitúricos, o drogas de reemplazo de la tiroides en dosis altas.
  • tiene diabetes del tipo 1 (anteriormente llamada juvenil o insulino-dependiente), enfermedad hepática, renal o antecedentes familiares de osteoporosis.
  • tiene un alto recambio óseo, que se muestra en la forma de colágeno excesivo en las muestras de orina.
  • sufre de una enfermedad en la tiroides, como hipertiroidismo.
  • sufre de una enfermedad en la paratiroides, como hiperparatiroidismo.
  • ha experimentado una fractura después de un traumatismo leve.
  • tiene rayos X que evidencian fractura vertebral u otros signos de osteoporosis.

Especialistas

Dr. Jose Melegari
Diagnóstico por imágenes

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